Terminan los largos días de calor y los primeros fríos comienzan a sentirse. Los días se acortan y los follajes se tiñen de encantadores matices calidos. En cuestiones de jardinería, el otoño es una estación con muchas tareas a realizar.
Consejos
Al plantar, es conveniente agregar a la tierra algún abono orgánico, como humus de lombriz.
A medida que se van marchitando las flores, podarlas para ayudar a prolongar la floración. Así, la planta no gastará energías en transformar esa flor en fruto, sino que la empleará para producir nuevas flores.
Vigilar las hojas para detectar la aparición de manchas extrañas, ya que éstas pueden significar la presencia de un hongo (algo muy común en las Violetas de los Alpes).
Como mantener bien el jardín durante el otoño
Otoño: Tiempo de bulbos
Los bulbos son órganos de reserva de alimento de la planta, que podrán producir hojas y flores espectaculares. Y el otoño es la época ideal para plantar aquellos bulbos que van a florecer en invierno y primavera, como por ejemplo tulipanes, narcisos, jacintos o las perfumadas fresias. Si se los planta en macetas, hay que tener en cuenta que deben ser grandes, de modo que las raíces puedan desarrollarse bien.
Se distinguen dos grandes grupos:
Los bulbos que provienen de zonas de climas fríos (por ejemplo: narciso, crocus, tulipán, anémonas, etc.).
Los provenientes de climas cálidos (como las fresias, tritonias, etc.).
Los primeros deberán plantarse en macetas de barro, ya que éstas se enfrían mas rápidamente. Los de climas cálidos, por el contrario, se plantarán en macetas plásticas, que retienen el calor. Pero se debe tener cuidado, porque también retienen más la humedad, lo que es muy peligroso para los bulbos, ya que pueden pudrirse.
Otro tema importante es: ¿Qué mezcla de tierra usar? Lo fundamental es que sea de buen drenaje, suelta, para que el agua no quede estancada.
Para plantar los bulbos se necesita:
Tierra negra.
Arena gruesa o granítica, no fina.
Piedra partida o canto rodado; no leca, ya que ésta retiene la humedad.
El procedimiento es sencillo:
mezclar bien los materiales; poner en el fondo una cucharadita de café de harina de hueso, que es un fertilizante que ayudará a la floración, cuidando de que no esté en contacto directo con el bulbo, porque lo perjudica.
Sobre una capa de mezcla de tierra poner 3 ó 4 bulbos en cada maceta, separándolos 3 cm uno de otro. Algo muy importante a tener en cuenta es enterrarlos a una profundidad de 2 a 3 veces su diámetro (es decir que si mide 5 cm de diámetro, lo enterraremos a 15 cm de rofundidad). Luego, cubrirlos con más mezcla y otorgarles un buen riego. Y ahora sólo resta vigilar que estén húmedos, regándolos cada 7 ó 10 días, y tener la paciencia necesaria como para esperar unos meses hasta que florezcan.
Nuestra espera será recompensada: la belleza de las flores de bulbos es difícil de igualar.