Las plantas que florecen en primavera —jacintos, azafrán y narcisos, por ejemplo— son en su mayoría bulbos. Si se plantan en otoño podremos gozar de su colorido a finales del invierno. Como sus raíces son relativamente cortas, se pueden cultivar sin problemas en cuencos y recipientes bastante llanos.
No es preciso que tengan orificios de drenaje, pero es importante utilizar fibra especial para bulbos o sustrato para macetas de buena calidad.
Como plantar los bulbos primaverales
Los bulbos pueden plantarse bastante cerca unos de otros, pero nunca en contacto entre sí.
Los más pequeños, como los del género Crocos, deben quedar cubiertos por el sustrato, mientras que los más grandes, como los de jacinto o narciso, deben asomar apenas por encima de la superficie.